domingo, 17 de agosto de 2008

Una ironía del destino

LA REVOLUTA – EPISODIO 11

Lopes reinició el relato después de pasear a Prasky por sus marcas literarias, comparando ficción con realidad, haciendo que los cuentos acabasen siempre disminuidos por lo que él llamaba “la creencia prepotente en las representaciones”.

El gordo Saldaña dijo en el bar que hasta que a él no lo reincorporasen, no habría energía. Claro, algunos protestaron, pero nadie pensó que la cosa duraría demasiado, una noche, dos... Como Saldaña les caía bien a todos hasta hubo quienes lo apoyaron. Esa misma noche, el gordo se agarró una curda que podría haberle durado hasta Navidad a alguien de menor porte.

¿Entonces?

A la mañana siguiente, medio borracho todavía, fue hasta la casita de la luz. Yo creo que se debe haber congregado ahí medio centenar de personas; nunca vi tanta gente junta acá, ni en la iglesia. La casillita de la luz es una pieza de dos por dos con un cerco perimetral de alambre tejido que mantenía una distancia equidistante, como unos dos metros, de cada pared de la casilla —Lopes hizo una pausa y cambió el tono de voz—: el gordo Saldaña era cuidadoso con esas cosas y tenía advertidos a los chicos del pueblo, los dos o tres que había entonces, que nadie debía acercarse al lugar. Hasta puso un cartelito: “Alta atención”.

Prasky sonrió por la humorada y el viejo se cebó otro mate para humedecer la lengua. Se apoyó en el borde de la mesada, cruzando un pie delante del otro y elevó la vista al techo, su gesto para traer la memoria de regreso.

Bueno, estamos en que entró a la piecita. Cerró tras de sí la puerta y a los cinco minutos salió. Tenía los ojos llorosos y todos supimos que lo había hecho, ¿sí?

Exacto.

Hay un detalle adicional. Los días que siguieron fueron de profundo dolor para este hombre. Él era un burócrata, si lo miramos con cierto desasosiego, pero parece que tenía una relación de profundo amor con su trabajo. Amor o profesionalidad, o vaya a saber uno qué cuernos fuere, pero lo hacía con dedicación. Ahí está: dedicación... En los días en que el gordo era el empleado de Luz y Fuerza del pueblo acá no faltaba jamás la luz. Las escasas dimensiones de esto, imagínese, para cruzar la plaza no se tarda ni un minuto, digo, las escasas dimensiones del pueblo le permitían una eficiencia envidiable. Se cortaba la luz a Doña Margarita y Saldaña se la devolvía en cuestión de minutos.

Envidiable. Ni hoy hacen las cosas así.

El viejo no dio importancia al tono burlón de Prasky.

El asunto es que a la par de la depresión de Saldaña por perder su trabajo comenzó a crecer cierta molestia vecinal. El gordo se hundía en el pozo y algunos, malacostumbrados por él mismo, querían la vuelta del pasado: luz de libre disponibilidad todo el día. Pasaron diez, quince, veinte días, quién sabe, un mes y medio, y nada. Entonces se le rebelaron al gordo, que, con tanto tiempo sin energía, ya no pudo convencer a todos de la justicia de su reivindicación.

Entonces...

Entonces un grupito pequeño, capitaneado por el verdulero Raimundi, ¿lo conoció? ¿No? Ah... Bueno, este grupo con Raimundi a la cabeza se levantó en armas, por así decirlo. Agarraron a Saldaña un mediodía en el bar de Doña Margarita, mientras comía. Imagínese el desparramo. Hacía tiempo que no se levantaba la voz en ese bar y creo que en todo el pueblo. Otra digresión: exceptuado Raimundi, que habla a los gritos. El asunto es que cuando lo increparon, Saldaña se les plantó y los mandó al diablo. Tuvieron la delicadeza de avisarle que iban a violentar la jaulita de la casilla y reconectar el servicio pero el gordo no se mosqueó.

Los tenía junados. Vivo el gordo.

No, de puro previsor, cuando cortó la luz sacó la manija del switcher y desarmó la conexión a la red. Por eso se tardó cinco minutos en la casilla. Era un tipo avispado, está claro.

¿Y qué pasó?

Cuando vieron que era imposible restablecer el servicio por sí mismos, volvieron al bar a buscarlo, pero Saldaña se había ido. Tampoco estaba en la casa. Dicho sea de paso, como Raimundi le capitaneó la revuelta, con el tiempo supimos que el gordo le robó tres cajones de naranjas, verduras y dos latones de chorizos en grasa de la verdulería. Quien a hierro mata... Y listo. Sanseacabó. Así fue.

¿Cómo que se acabó? ¿Nadie más hizo nada?

Nada.

¿Nadie volvió a apretarlo a Saldaña? ¿Así terminó la historia? No me joda. ¿Lo más importante que les pasó y termina como si nada?

La vida es gris, muchacho. No puede pedirle a cada día que le cuente una historia. Este es un pueblo chico y las señales se entienden en el aire, vea. Veamos. Primero, cuando todos supieron que el gordo desarmó la conexión, nadie se aventuró a nada. Él conocía su trabajo y ninguno de nosotros sabía hacer lo que él. Usted me dirá que una conexión es simple de hacer: dos cables y listo, se acabó, chau. Eso podrá ser así en una casa pero, pocas o muchas, las conexiones de un pueblo son algo más serio. Segundo, debe ser que el gordo aprovechó las noches siguientes para desmontar los cables que llegaban hasta el pueblo desde la red provincial. O fue él o fue alguien más, pero los cables desparecieron. De eso se dieron cuenta un tiempo largo después. Más de un kilómetro de red a la redonda no estaba más en los postes. Para entonces ya no había nada que hacer.

Prasky se sobresaltó. Había gato encerrado.

Epa, epa, momento: eso del robo de cables lo leyó en Triste, solitario y final...

El viejo no perdió la compostura.

No. Y era Una sombra ya pronto serás. En todo caso lo que importaría es que, al parecer, Soriano tenía la capacidad de prever escenarios... O, quién sabe, quizá vino por aquí, igual que usted, perdido, y se inspiró en los faltantes. Cambie meseta de pasto puna por llanura con mar de soja y ya tiene el cuadro.
En fin, reitero: se afanaron el cableado.

Pongamos que le creo: ¿con Saldaña no pasó nada?

Ahora sí, a los cinco meses de ocurrido el hecho, exactamente a los cinco meses, lo encontraron muerto. Le dio un paro mientras dormía. Al menos no sufrió, pobre bestia. Que haya sido a cinco meses hace todo más trágico.

Claro, el aniversario.

Más que eso: el día posterior a la muerte llegó el correo. Otra digresión y prometo que es la última: desde que se cortó la luz, el cartero tardó en volver con la misma regularidad de antes. Así sigue hasta hoy, y peor, porque viene cada vez menos. El asunto es que aquella vez el tipo trajo la peor de las noticias: una carta con la reincorporación del gordo. Exactamente cinco meses después. Lamentable ironía, ¿no? Pero había algo más: la carta estaba fechada el 12 de agosto.

...El día que se cortó la luz.

Nadie sabe cómo se traspapeló, pero en el momento en que Saldaña se declaraba en rebeldía y sumía a este pueblo en una oscuridad abisal, era restituido en sus funciones para seguir haciendo su tarea burocrática. Una ironía del destino, una pieza literaria, hasta digna del panteón de historias griegas, digamos... Si Borges lo hubiera sabido le da vuelta al cuento y tiene otra historia para el malevaje y la pendencia o la mete dentro de la fundación mítica de Buenos Aires, qué se yo...

No será la primera vez que algo así pasa. ¿Nadie más reconectó al pueblo a la red?

¿No me escuchó, muchacho? No había cables. Bastante tiempo después, Raimundi encabezó una nueva misión, pero esta vez a la capital provincial. Estuvieron una semana y nadie les dio bolilla. Ni en la empresa de energía ni en la gobernación. Tampoco El Senador del departamento. Ni pelota. ¿Quién lo haría? Acá no hay votos; no somos prioridad para nadie. Así como así, o como debe ser, también allá se fueron olvidando rápido de nosotros.

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29 piquetes:

› Un piquete VIP de Anónimo

Eres un maestro de los diálogos. Suenan tan naturales que parece que los estás escuchando, en lugar de leerlos.
Vi hace años una película en blanco y negro, cubana, que si no recuerdo mal se llamaba La burocracia. Era una sátira sobre el tema: mucho papeleo que hace retrasar la verdadera acción de las cosas.
Me da pena el gordo Saldaña porque cuando uno emprende una lucha, incluso con intereses comunes, a menudo se encuentra solo.
El pueblo es para hacer las maletas y salir corriendo, ja, ja.

› Un piquete VIP de Unknown

Estoy de acuerdo con Soboro en todo: maestría para el diálogo (mirá que es difícil dada la extensión y la amplitud de temas) y ese pueblo tiene un cartel que dice "no entre".

Excelente.

› Un piquete VIP de Unknown

Y veo que pusiste "El Senador" y no "el senador". ¿Error o personaje?

Ana

› Un piquete VIP de Unknown

"Alta atención", ja ja
Ese Raimundi me da mala espina.

› Un piquete VIP de Unknown

Güey,
"La vida es gris, muchacho. No puede pedirle a cada día que le cuente una historia."

Me entrego a esa frase. Es lo que intento decirme todos los días pero no hallo palabras.

La tomaré para mí.

Excelente.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Soboro: Gracias por sus palabras. Muy amable. Cuando escribí este texto traté de que él también tuviera la cadencia lenta de Estación Alicia --o veloz, dependiendo de los acontecimientos. Sí, es de esos lugares que se te instalan como pelotas en la boca del estómago.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Ana Lía: Gracias por tus palabras también. El Senador, efectivamente, es un personaje. Buena vista para detectar el detalle.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

El Emir: Te dejo con la sensación. Ni desmiento ni ratifico.

Machuca: A veces tampoco yo tengo palabras con las que pasar el día. Como cualquiera.

› Un piquete VIP de Anónimo

Este episodio es una parodia de Argentina? O toda la novela? Soy yo o hay un gran número de comparaciones veladas? Doy vuelta el blog para ver qué dice en el reverso como los discos de Xuxa?

Muy bueno como siempre.

› Un piquete VIP de Anónimo

Te gusta Soriano, Diego?

› Un piquete VIP de Unknown

Es una parodia, Tomás. Fijate en el nombre del blog nomás y en el Menú, donde dice Piquetero VIP y la Revoluta. Ahí lo explica. Lo lamentablemente gracioso es que esté escrita hace tanto tiempo y ahora veamos cómo la realidad supera a la ficción, como tantas veces se dice.

Diego, tenés razón con qe se nota la cadencia. Lo mismo pienso con Soboro. En ocasiones se me hace lento de leer. Deduzco que es porque no es novela para internet porque está escrita para "papel". No hay modo de modificarla para web?

Posdata: Y si Fonseca es brujo? Yo lo vi conquistar a las masas en Ciencias de la Información hablándole a una asamblea de 1000 pendejos como si estuviera charlando con cada uno personalmente.

› Un piquete VIP de Unknown

Digo si sos brujo porque Tomás quiere leer tus novelas al revés. Habrá mensaje diabólico?

› Un piquete VIP de Unknown

"La creencia prepotente en las representaciones..." Las cosas que has leído vos, eh!


COincido con todos: una muñeca enorme para el diálogo. Impecables son.

› Un piquete VIP de Unknown

Ese gordo Saldaña es un tambarana, pero se me hace adorable. El último lírico, ¿no?

¿Cuándo subís La Vigilia? ¿Y el texto breve?

Miss Heinz

› Un piquete VIP de Unknown

Si el enredo viene así ahora, no me extrañaría que tenga nuevas complicaciones. Por ejemplo todavía no explotó la maestra, no sabemos qué hará la tal Margarita, o el tal Lopes. Si esto es novela tradicional, por la cantidad de paáginas que van aqui no llevás ni publicado un tercio del libro. O me equivoco?

› Un piquete VIP de Unknown

Me ha ganado la mano el Fantasma del Sur. Iba a preguntar lo mismo. Y también si no pensaste en editar la novela. En papel siempre es más fácil leer algo extenso porque "está ahí".

Saludos.

› Un piquete VIP de Johan Bush Walls

Buena lectura maestro, por aquí seguiré visitando.

Salú pue.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Tomás: Dale vuelta lo que quieras. Lo único que vas a encontrar es el logo de tu notebook (o un discurso de Menem, a.k.a. Dr Evil). Sí, me gusta Soriano.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Vicky: De hecho, este episodio, el anterior y el siguiente son uno solo en la versión "papel". Los adapté algo sólo para que aquí no se aburran tanto al leer. Por la extensión, digo. Sé cuán complejo es el déficit de atención del lector web. Hago lo posible dentro de los límites del texto preescrito. (Lo que no haré es modificar la novela sólo porque esto es una pantalla y no celulosa). Tendremos que acomodarnos todos un poco.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Vicky: No, no hay mensaje diabólico. Pero si querés creerlo, llamá al párroco.

Daniel: He leído "cada" cosa -léase "cada" con énfasis. Gracias.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Miss Heinz: No sé si será el último lírico. No te diré qué creer. Acabo de subir el texto breve (miércoles, 20-08, 14.00 East Time). La Vigilia, fin de semana.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Fantasma: Casi-casi un tercio. Le falta un poco y llega. Paciencia. Nunca dije que esto sería rápido.

Garrafa: Envié "La Revoluta" a una editorial en Argentina hace un par de años. Les gustó pero no le vieron mercado. (Lo curioso: me dedico a eso de "mirar mercados".) Suele pasar. No coincido con su visión pero los entiendo: publicar es una inversión y asumir ciertos riesgos. Sería largo de explicar. Aquí está, mientras. Ya veremos qué es de ella en el futuro.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Johan: Gracias y bienvenido. Pase cuando quiera.

› Un piquete VIP de Anónimo

Excelente texto. Felicitaciones.

› Un piquete VIP de Unknown

Muy bueno, Diego. Linda novela. La imprimo para leerla.

› Un piquete VIP de Anónimo

Qué bolas tristes que soy: acabo de preguntar cuándo publicás el próximo capítulo en el Episodio 10 sin ver que estaba el 11 aquí.

En serio que ya está a un tercio? Metete dos capítulos por semana, dale.

› Un piquete VIP de Unknown

Cómo carajo hacés para manejar registros tan diversos: el viejo, el periodista, el pibe de "Herida de hembra" en El Gemelo... Y todos creíbles. Quiero decir, "leo" a Lopes y "leo" a un viejo de sesenta y pico. Y "leo" a Prasky y tiene unos treinta y algo. Y el chiquito de "Herida" en sus quince...
Eso hace a un escritor. Maestro.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Muriel y Catalina: Gracias.

Chango: Lo he considerado, pero aun no lo decidí. Con uno, por ahora, vamos bien.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Visitante: Muchas gracias. Creo que hay una mezcla de observación e imaginación. Técnica periodística y narrativa literaria, por ponerlo de otro modo. No lo he pensado demasiado.

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