miércoles, 13 de agosto de 2008

Peronista de los viejos

LA REVOLUTA - EPISODIO 10

Lopes se sirvió la tercera pavita de mate y acomodó la bombilla en el centro del porongo.

Era el 12 de agosto de 1977, pero la cosa venía de antes.

De pie frente a la mesada, tomó un tarro abollado de leche Nido con manchones de mugre reseca. Una cucharita con yerba pegoteada fue a dar a la calabaza.

¿Usted conoció a Saldaña?

No, los únicos que conozco son usted y la señora Margarita. Y un flaco nervioso y un gordo pachorriento, que también estaban en el bar.

¿Un gordo que dormía sobre el plato?

Sí.

Ése es Saldaña. O, mejor dicho, su hijo. El padre es quien importa.

El viejo volvió a la mesa con la pava en la mano. Quitó la bombilla del mate y tapó la boca del porongo. Lo sacudió boca abajo para eliminar el polvillo de la yerba.

El 12 de agosto del ’77 —repitió—, Saldaña inició la historia de la Estación tal como usted la conoce: sin luz.

Prasky seguía atento a las inflexiones y pausas de Lopes en el relato.

Era el único empleado de Luz y Fuerza aquí. Controlaba que no se cayeran los postes de alumbrado, unos pocos, diez o doce, y vigilar la luz pública... Luz pública es un modo de decir porque apenas si había cuatro faroles de campana en cada esquina de la plaza y un foco lágrima al centro... —dejó el mate sobre la mesa y volvió a mover la bombilla en el porongo—. Además, arreglaba los problemas eléctricos que había en las casas, pero eso era un curro para completar el salario con changas.

Echó un chorrito de agua caliente en la boca del mate y lo dejó estar. Se rascó la sien, pinchó una miguita de pan de la mesa y se la puso en la boca, estiró las piernas, cruzó los brazos, elevó la mirada al techo para hacer memoria y miró a Prasky.

Saldaña era peronista. Y en aquellos tiempos ser peronista era una cuestión complicada, se estuviera del lado que se estuviera. Habitualmente, o mejor dicho, una vez cada dos o tres meses, viajaba a Santa Rosa, a La Pampa, a alguna reunión. Aquí el Partido Peronista no estaba organizado. Él era el único, me parece. Estación Alicia siempre fue medio radical y algo socialista, muchacho... Pero de un socialismo utópico, saintsimoniano, si me permite, propio de los gringos que venían de Europa en el barco...

El viejo hablaba gesticulando con las manos y echando los ojos al techo para convocar al recuerdo.

—...La única oportunidad de Saldaña de discutir con peronistas de pura cepa —siguió, y tomó la pava de metal— era cuando viajaba a los encuentros sindicales. Un punto: cuando digo radical, socialista o peronista no quiero hiperbolizar, aunque suene así. Hablamos de uno o dos peronistas, uno o dos radicales, alguno de izquierda. Más que un pueblo marcado por la ideología aquí había cuatro o cinco locos que repetían barbaridades mal aprendidas.

Sirvió un nuevo y largo chorro de agua y la yerba se elevó hasta la boca de la calabaza entre espuma y burbujas. Un amargo perfecto.

En aquellos tiempos —chupó una vez— Luz y Fuerza era una bolsa de gatos. Se peleaban todos con todos atomizando la fuerza del gremio... —puso el porongo en la mesa— El gremio de Saldaña, en Santa Rosa, era de los pocos peronistas que había. Yo creo que adscribía al peronismo más antiguo, el principista, el del Perón de la tercera posición, ¿se ubica? —Prasky asintió— ...Bueno, el que comulgaba con el fascismo y era populismo puro. No tenía que ver, en definitiva, con el peronismo de Montoneros y tampoco, aunque por simplificación podríamos ubicarlo en esa ala, con los peronistas de Rucci o El Brujo. No: El gordo Saldaña —puntualizó— era un peronista de los viejos.

Sorbió brevemente una vez y luego dio dos tiros largos. La bombilla estaba tapada. Mientras la arreglaba, continuó.

...En su última visita a Santa Rosa, una o dos semanas antes del 12 de agosto, Saldaña se quedó varios días. Cuando volvió, tenía otra cara. Rara. Algo había pasado y debía ser algo fuerte para aplacarlo al gordo, porque, como buen gordo, ¿vio cómo son los gordos?, era de hacer chistes y muy simpático. Nada que ver con el hijo, le diré... Permítame un aparte: aún no sé por qué digo esto, haciéndome eco del vox populi que dice que los gordos son alegres o felices, pero el asunto es que este señor era bastante extrovertido... En fin, que Saldaña estaba seco, parco, serio, extraviado. Mal. Punto.

Prasky seguía seducido por el placer que ponía Lopes en la evocación. Era la clase de historia de un profesor apasionado. Quizá no se equivocaba.

...El asunto es que el tiempo que medió entre el regreso de Saldaña y el corte de luz transcurrió con normalidad. Aunque, discúlpeme, eso es más bien relativo: en este pueblo el cambio de humor de uno es comidilla popular... Bueno, digamos que Saldaña siguió en lo suyo, los peones siguieron en el campo, y todos haciendo lo que hacían. Hasta que... —el viejo hizo una pausa y chupó dos o tres veces: el tiraje del mate volvía a funcionar—... la noche del 11 de agosto, el gordo entró al bar de Doña Margarita, muy pero muy decidido. Muy resuelto. Otro aparte: esto yo no lo vi porque no suelo ir al bar pero me lo contaron y no tengo por qué dudar... Le decía que llamó la atención cómo apareció porque, dicharachero y todo, se movía lento. Pero esa noche era una tromba. Empujó la puerta, se plantó al pie de la barra...

Se cebó otro mate, prolongando la expectativa.

...y anunció que el pueblo se quedaba sin luz.

Lopes se puso de pie, mate en mano. Dio una breve caminata por el costado de la mesa y ya en el otro extremo de la cocina, donde la heladera Siam dominaba el centro de una pared descascarada, giró hacia Prasky:

Imagínese, nunca pasaba nada y, entonces, eso. Saldaña lo explicó en el bar. Cortaría la energía la mañana del 12 de agosto, como parte de una medida de fuerza dispuesta por el sindicato de Luz y Fuerza de Santa Rosa para conseguir la reincorporación de personal despedido. Entre los despedidos estaba él,
claro. No sé quién ni cómo pero los acusaban de formar parte de un grupo civil de apoyo a la guerrilla, algo que en el caso de Saldaña era una verdadera tontería sin pies ni cabeza porque el gordo no tenía ni idea de Montoneros y toda esa cosa... Así que el tipo dispuso el corte de la luz, tarea que le resultaría sumamente sencilla pues todo el suministro eléctrico dependía del transformador a la entrada del pueblo, que usted debe haber visto al llegar.

Llegué de noche.

Es lo de menos, un día se lo muestro.

Tendrá que ser hoy o mañana porque no creo que me quede mucho tiempo aquí —respondió Prasky, por si acaso.

—Por supuesto —dijo Lopes, e hizo una mueca que se pareció demasiado a un gesto de lástima.

Después sonrió y volvió a levantarse para poner la pavita al fuego. Prasky entendió que la cosa iba para largo. Se venía la tarde.


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11 piquetes:

› Un piquete VIP de Anónimo

Lopes se hace de rogar. Bueno, esperaremos a ver qué pasó con el apagón. Qué intriga!

› Un piquete VIP de Unknown
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
› Un piquete VIP de Unknown

Perdón, cometí un error. Va nuevamente mi comentario:

Es un buen ejercidio de diálogo. Era complejo de llevar pero tienes pluma para esto.
Eso de "Más que un pueblo marcado por la ideología aquí había cuatro o cinco locos que repetían barbaridades mal aprendidas", ¿es una metáfora, verdad?

Marion Getz
Miami, FL

› Un piquete VIP de Unknown

Ok,
Yo vivo rodeada de argentinos, pero, ¿qué es:
...el porongo?
...pachorriento?
...yerba? Deduzco que la hierba mate, o se dice con y?
...bombilla? Beben por un foco de luz?
...radical? alguien extremo?
...heladera? Un refri?

Montoneros ya lo puse en Google y lo que encontré me dio miedo.

Machuca, reduciendo el gap intercultural.
En MTY, again

› Un piquete VIP de Anónimo

Si pretendes buscar información seria y verídica (más sobre un tema delicado y sobre el que tanto se ha dicho, como lo es el grupo Montoneros) vas por mal camino.

› Un piquete VIP de Unknown

Ay, ay, ay...
Para empezar, no comprendo a los anónimos. ¿Quién escribe sin poner su nombre? ¿A qué teme? ¿Qué no quiere mostrar?
Pero no importa.
Seré la amable Machuquita, como decía mi abuelita.. Sr/Sra Anónimo, ¿por qué mejor no me dices DÓNDE buscar información seria y verídica sobre ese asunto delicado?
He encontrado varios libros mencionados en Google. Quizás ninguno de ellos es serio. ¿Se le ocurre algo más que una librería como Amazon, dado que estoy en mi trabajo y en Monterrey, donde posiblemente no halle muchas ediciones sobre ese "grupo"?

Machuca

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Soboro: Me alegra que te haya ganado la intriga. Se comienza a resolver este fin de semana. O quizás no...

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Marion: No lo fue cuando lo escribí. Pero a la luz de lo que decís, bien podría serlo. No sé para vos, pero sí funciona para mí como metáfora de ciertos comportamientos políticos en Argentina.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Machuca:
--El porongo es el calabacín del mate.
--Pachorriento: La RAE dice que es un coloquialismo usual en Argentina y Uruguay para referir a "flema, tardanza, indolencia".
--Yerba: es la yerba mate.
--Bombilla: Bebemos por un popote, graciosa.
--Radical: Sí, es alguien extremo. Pero en Argentina es todo lo contrario. Es por los miembros de un partido, la Unión Cívica Radical.
--Heladera: Exacto.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Anónimo: Ponete nombre y conversamos.

Machuca: Empezá a buscar por Amazon. La biblioteca de la UNAM, en el DF, tiene algún material. No voy a hablar del tema Montoneros aquí. No es el lugar; no me interesa.

› Un piquete VIP de Anónimo

Ya se armó, ya se armó... Tengo cierta ansiedad.
Me gusta La Revoluta, che.
¿Próximo capítulo o episodio?
¿Y por qué le llamás episodio acá y capítulos en La Vigilia?

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