martes, 30 de septiembre de 2008

Vladímir Ilich Uliánov y los choripanes

LA REVOLUTA – EPISODIO 17

Harina, tierra y pelusa se acumulaban en la panadería desde que Porchetto había regresado de la universidad. Nadie barría el lugar; nadie se lo propuso. Porchetto contaba que sus compañeros de facultad jamás limpiaban porque primero iba la causa y, si quedaba tiempo, el aseo. Incluso se bañaban poco, una o dos veces a la semana. Los pobres, decía, no tienen agua, y capaz que tampoco escoba. Debemos ser como ellos, sermoneaba. Ascetas como el Che Guevara. La limpieza es burguesa; la mugre, popular.

En circunstancias normales, Porchetito habría perdido toda la clientela de la panadería, pero Estación Alicia no vivía jamás circunstancias normales. Su padre, italiano anarquista, había construido buena fama al frente del negocio. Además, “La Espiga Roja” era la única panadería y, con tan poco abastecimiento y con la soja desplazando al trigo, nadie hacía pan en los hornos de barro de los fondos de las casas.

Porchetto veía en aquella dinámica una natural división del trabajo nada asquerosa y porcinamente capitalista. Cada uno en una función, aportando para todos. Una panadería, una verdulería, un bar, una escuela o algo que se le parecía. Las vacas están en el campo y el carro del matadero pasa una vez por semana para abastecer. Poco dinero, trueque seguro. Suficiente para todos. Ascetas como el Che Guevara.

Ahora el panadero comunista ocupaba el centro de la piecita, al fondo de la panadería. Lo acompañaban, a derecha e izquierda, Carlitos y Osvaldito, el chico de la verdulería. Los dos sentados con el respaldo al revés, adonde apoyaban brazos y mentones.

Voy a dejar de lado que no cumplió con su primera orden, Camarada Trotsky —empezó el Comandante Marx, tragando la ofensa de la desobediencia.

¿Por? —Carlitos Trotsky realmente pensaba que se había perdido algo.

Vea por usted mismo —dijo girando para mostrar la habitación—. Nadie. Le pido que convoque a la gente y me viene con este chico. Este-chico-solo. Usted y él, nada más. ¿Qué es esto? —cruzó los brazos con los ojos rojos de furia contenida el Comandate Marx.

Empecé por lo que tenía, ¿qué quiere? —respondió el otro con la sinceridad a flor de lengua.

¿Debo entender eso como una rebelión? Ojito, che, ojito —se cabreó Porchetito Marx—. Esto no es moco 'e pvao. Es un asunto muy serio, carajo.

Entonces se silenció y caminó largamente en círculos. Los demás esperaban que dijera algo de inmediato pero el Comandante Marx prefirió cavilar y hallar calma para salir de la tribulación. Volvió a hablar después de tomar aire y de abrir las manos al cielo y llevárselas contra el pecho, como cerrando un chacra.

Bué, olvídelo... —suspiró largo, expulsando el mal karma— Camaradas, esto es lo que tenemos... Como líder de la revolución me ocuparé de las decisiones tácticas y estratégicas. Ustedes tienen a su cargo la organización de la fuerza del pueblo. Trotsky... —dijo mirando a Carlitos.

El otro ahora no respondió: se había concentrado en las anotaciones del mapa sobre la mesa.

Camarada Trotsky... —repitió Porchetito—. Le estoy hablando, camarada.

Ninguna respuesta; la misma actitud.

¡Carlitos, por favor!

¿Sí?... Uh, perdone, me distraje...

¡Le pido que responda cuando lo llamo, che!

Sí, sí, ya dije —volvió a excusarse el Camarada Carlitos Trotsky—, estaba distraído, otra vez perdone.

El Comandante apuntó con el índice a su lugarteniente: tenía cara de querer decir algo importante.

La revolución no necesita distracciones, camarada —enfatizó.

El otro se explicó, como pidiendo nuevamente disculpas:

¿Sabe? Pasa que, entre tanta cosa nueva, se me hace que se me va a ser difícil acordarme que me llama a mí cuando dice “Comandante Trotsky”... Yo siempre me llamé Carlitos.

El Comandate Marx trató de ser paciente.

No me haga repetirlo que me canso con la calor... La revolución exige que cuidemos nuestras individualidades por el bien del colectivo. Por ende... ¿Ve? Ya ando repitiendo... Por ende, decía, sólo mantiene su nombre civil en público. Aquí es Trotsky; Carlitos es para afuera. Esto no está sujeto a debate y esperemos que sea la última vez. Un poco de disciplina, vamos...

Carlitos se declaró por vencido. Porchetito tenía razón; hacía demasiado calor para discutir.

Está bien, tiene razón, camarada.

¡Marx, Camarada Marx! —se sobresaltó el panadero, para quien un poco no era suficiente— Termine la idea, che: yo soy el Camarada Marx, usted es el Camarada Trotsky, y el muchacho...

El muchacho. No habían reparado en Osvaldito, el dependiente de la verdulería, que atendía la situación con los ojos abiertos como huevos.

Puta... No había pensando en él... ¿Tiene algún nombre en mente? —dijo Marx, mirando a Osvaldito, que miró a Trotsky y éste a Marx.

No de qué me ehtá hablando —respondió el chico.

¿Perdone?.

Que no ...

Trotsky interrumpió:

Camarada, el camarada... No tiene demasiado conocimiento... ¿cómo decir?.... eh...

¿Teórico? —apuntó Marx.

Sí, y de otros más. Me parece que va a tener que elegirle un nombre usted.

No era mala idea y era justo: por algo era el líder y era su revolución. Marx no tardó en responder.

Bien, no es el nombre más apropiado y lo tenía reservado para otro momento y quizá otro líder, pero... En fin, no tenemos otra que rescatar al camarada Vladímir Ilich Uliánov.

Los otros se miraron. Carlitos Trotsky esbozó una sonrisa tímida. Osvaldito seguía con los ojos amplios, sin despegar la barbilla de la silla, como un perro adiestrado. Porchetito Marx notó la situación.

Lenin, camarada. Lenin. El camarada será Lenin. Camarada Osvaldito Lenin.

Carlitos Trotsky respondió con júbilo, palmeando por encima de la mesa el hombro del otro, que seguía absorto.

Así me gusta, che... Perdón, quiero decir: es una decisión acertada, comandante Marx.

Faltaba más —se congratuló el panadero, y decidió darle más valor a la ceremonia dirigiéndose a su nuevo sosías—. ¿Quisiera usted decir unas palabras, Comandante Lenin, nuevo líder bolchevique de Estación Alicia?

Osvaldito Lenin dudó. En la cara se le plantó una sonrisa nerviosa y parpadeó mucho.

¿Qué poddía decid? Bueno... —se acomodó el pantalón con ambas manos— ...Gdacias.

Porchetito Marx y Carlitos Trotsky esperaban una respuesta más amplia.

¿Nada más? Hágase una declaración política, camarada... —insistió Porchetito.

¿Uh?

Marx se dio por vencido; no tenía a los mejores con él pero tampoco tenía mucho más. Decidió olvidar el asunto, felicitó a Lenin por su nombramiento —el gangoso volvió a agradecer sin saber qué más decir— y entró de lleno en las misiones.

¿Ya están claras, jefe? —se interesó el Camarada Carlitos Trotsky.

Camarada o comandante; jefe no.... Hay una ya diseñada, y está a cargo de ustedes: la misma que no me cumplió antes.

El Comandante Marx despejó la harina acumulada sobre el plano e indicó un punto previamente marcado.

Necesito que vayan a las estancias. Reclutamiento.

¿E quién? —preguntó Lenin.

La peonada. ¿Tengo que explicar todo? P-e-o-n-a-d-a. Ellos son la carne de nuestro Ejército Rojo. Ellos harán la revolución. Ellos son el pueblo, ¿me entiende? Y no hay revuelta sin pueblo, Lenin. Lo dicen todos los libros de historia, che.

¿Y cómo hacemos? —se sumó Carlitos Trotsky.

Usted no sólo que no me hace la tarea para el hogar sino que anda desvariado. ¿Se volvió tonto de golpe? A ver, ¿no recuerda el reclutamiento del Partido previo a la gloriosa Revolución del 17?

No, pero debo, ¿no?

Debiera. Es simple, no haremos un reclutamiento masivo sino selectivo. Lo mismo que le dije antes: necesito a los hombres más fuertes, los más ágiles y los más inteligentes. Nuestro poder estará en la claridad de pensamiento de la vanguardia y en la capacidad de comprensión de las masas populares.

Aaah... —soltó Osvaldito Lenin.

El trabajo requiere del esfuerzo comprometido, camaradas. Los necesito mañana trabajando a pleno allí. Tarea de base, ¿entienden? Y con una condición, recuérdela: no todos deben saber que la revolución está en marcha.

Bueno, cuando lo llamé a Osvaldito no le dije para qué. Algo cumplí, Camarada Marx.

Camarada o Comandante Lenin, no Osvaldito —reconvino el panadero—. Como sea, recuerden que en todos lados hay lobos traidores agazapados tras la piel de un cordero. Otras revoluciones nos han mostrado eso. El asunto es que me los traigan acá para una reunión. ¿Cómo? No importa mucho. Como sea, pero los traen.

¿Cuántos? —intercedió nuevamente Carlitos Trotsky.

Con diez estamos bien. Si consiguen una docena, mejor. Tampoco hay tantas armas y necesitamos formarlos durante un tiempo. Ése será el momento de la concientización. Allí veremos quiénes tienen pasta para la revolución y a quiénes desechamos por su falta de compromiso, valentía y claridad ideológica.

Y la deunión, ¿cómo va a zed?

Carlitos Trotsky miró a Osvaldito Lenin, que había preguntado sin dejar de jugar con el pie sobre la harina del piso. No era una mala pregunta.

Nosotros podemos venir porque masomeno sabemos, pero arrastrar gente no es fácil, camarada. ¿Cuál es la excusa? —insistió entonces Trotsky.

Qué se yo, piense, viejo... Cualquier cosa... Una conversación, tomar una grapa... No sé. Evalúe, que para eso tiene puesta la cabeza sobre el cuello.

¿Un asado?

Lo que sea... —dijo Porchetito Marx— Pero si es asado que traigan la carne. Acá no hay nada. El pan lo ponemos nosotros. Pueden ser choripanes, mejor, que es menos esfuerzo.

¿Y a qué hoga? —esa vez Osvaldito Lenin intervino dejando de jugar con el pie.

El Comandante Marx dudó: no había pensado en ninguna.

Al mediodía está bien, ¿no?, porque si no perdemos el lunes. O no sé, esto de organizar es un poco complicado al principio. Si los pueden reunir a todos y traerlos juntos, a la hora que sea está bien... Al margen, Camarada Trotsky, ¿no tengo que repetirle la calidad secreta de la misión, verdad?

En absoluto, para nada —dijo el otro, fingiendo seguridad.

Actúe con tacto —insistió el panadero rebelde—. Observe a la gente, luego hable. Debe elegir con criterio.

Así será, Camarada Marx.

Los tres se dieron las manos y luego, a pedido de Porchetito, se abrazon entre dubitativos y con la emoción contenida. No hablaron por unos segundos, hasta que Marx retomó.

Camaradas, el Ejército Rojo ha dado su primer paso. A esta revolución no la para nadie.

Trotsky asintió; Marx sonrió; Lenin se pegó una bolita de mocos sobre el pantalón y dibujó una carita sonriente en el mapa enharinado. Pensó: harina, pan, chorizo. Le dio hambre.

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28 piquetes:

› Un piquete VIP de Anónimo

Uy man, estos pibes están todos locos. Parecen Larry, Curly Moe. Buenísimo.
El final es de campeonato: "Trotsky asintió; Marx sonrió; Lenin se pegó una bolita de mocos sobre el pantalón y dibujó una carita sonriente en el mapa enharinado".

Smiley!!! jaaaaaa

Mirá la gente con la que tengo que lidiar, che...

› Un piquete VIP de Anónimo

Felicitaciones por el rediseño. La ilustración está buenísima. ¿Dónde la conseguiste?

› Un piquete VIP de Anónimo

Si esto lo escribiste hace 10 años, ¿ya estaba Chávez? No les des letra, Fonseca.

› Un piquete VIP de Anónimo

También, felicitaciones por el diseño nuevo. Es más limpito.
Qué tiene el tipo en la mano derecha? Lo de la izquierda, si no me equivoco, es el tubo que usan para pegarle al bombo, ¿no? (No sé si se llama tubo)

› Un piquete VIP de Corina

El nuevo blog está estupendo, aunque me gustaban las letras del Gemelo Malvado.

Este episodio está lleno de patetismo y de figuras ridículas muy bien conseguidas a través de los nombres originales, como los devaluados nuevos, o su comportamiento y características, reflejado en el diálogo.
Una cosa tienen clara, que para empezar una revolución se debe tener la barriga llena.
Muy bueno.

› Un piquete VIP de Anónimo

Sos un malvado: las preguntas más prácticas, las más específicas y atentas, las dice el gangoso. ¿Cómo te vas a burlar así de Marx poniendo en boca de Lenin las ideas prácticas y con Trotsky apenas haciendo de segunda voz?

Ja, pongo esto y parece que estuviera haciendo historia y estoy hablando de la novela.
Muy bien logrado, como dice Corina.

› Un piquete VIP de Anónimo

Yo estoy indecisa con la tipografía. Me gusta esta y me gusta la del Malvado. Si cambiás el diseño del Malvado, cambiás también la tipo?
Me encanta la ilustración. ¿Es producida? ¿Es mi idea o tiene un poquito blury los contornos?

› Un piquete VIP de Anónimo

"La limpieza es burguesa; la mugre, popular"

Qué eslogan, macho. Mentira que vos conociste esos años militantes en la universidad, no? Un jean duraba 30 días sin lavadas, el pelo un poco menos.

› Un piquete VIP de Unknown

Cuidate, Fonseca.
No estoy solo. Lenin ya no se come más los mocos.

› Un piquete VIP de Anónimo

COmandante!!!!
Ya me parecía que tenía que aparecer. No sé cómo deja q Fonseca lo muestre como lo muestra. Mire que hasta el chico de la verdulería parece más listo que Ud.
Qué se siente que lo traten como desequilibrado, ja?

› Un piquete VIP de Unknown

Vos también cuidate, Pablo U
Yo sé que Fonseca le pondrá fin a este cuento en la red en algún momento y sé que algo hará conmigo pero no le crean. Soy más que lo que sus sucias palabras quieren mostrar.
Como dije en la novela: "A esta revolución no la para nadie."
Fonseca sólo les cuenta la mitad de las cosas. Yo tendría que ofrecerme para firmar un contrato y contarles mi vida y todo lo que sé. Pero así son estos cerdos burgueses, chanchos limpios. Nunca se fijarían en un hombre del pueblo mugriento como yo.
¡La limpieza es burguesa; la mugre, popular! ¡Viva el Frente de Liberación de Limpool! ¡Muerte al salvaje Odex y al impoluto Jabón Federal!

› Un piquete VIP de Anónimo

Jaaaaaaaa!!!
Comandante, me va a convencer...
No piensa tomar acción contra Fabuloso, Ayudín y los sobrecitos para teñir ropa? Son todos colaboracionistas, comandante.

› Un piquete VIP de Unknown

Calma, radicales, que no panda el cúnico. Un enemigo a la vez. A esos los tengo en la mira como a ese que tal Koh-i-noor, que se hace llamar Poderoso el Chiquitín. Tengo un ejército de cientos de millones para esto: pibitos de 1 a 11 años. A los de 12 no porque ya empiezan a cuidarse porque se vuelven adolescentes.
Me despido hasta la próxima transmisión desde la clandestinidad. Pablo U, está invitado a unirse al Comando La Mugre es Popular.
¡Muerte a los sucios... a los limpios entregadores de jabón en polvo!
Cambio y fuera.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Otra vez tarde. Vamos:

Prasky
Original. Nunca se me había ocurrido mirarlos como Los Tres Chiflados. Hasta se ven simpáticos.
La ilustración de base es de All Posters.

Washington
Chávez llegó en 1999 a la presidencia y su golpe fue en 1992, pero nunca lo tuve en mente para escribir La Revoluta.
En la derecha, el piquetero tiene un manojo de dólares —tendré que pedir a algún amigo diseñador que lo mejore— y en la izquierda, una baqueta de goma para el bombo.

Corina
El asunto es que mantenerla requiere que la panza siga satisfecha en el tiempo —y también el bolsillo y la cabeza. Agradezco tus palabras sobre el texto y el diseño. No te preocupes, la Georgia se quedará en El Gemelo Malvado por un buen tiempo.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Ana Lía
Marx es grandecito; sabrá buscar revancha —y no hablo de historia. El dibujo proviene de un poster vintage de propaganda soviética: The Republic of Social Soviet, Union for Country and Urban Worker. Pavada de nombre. El dinero en la mano y la manguera del bombo no son originales. Sí, está algo blury. Se aceptan ideas para mejorarlo.
La Georgia se queda en EGM, Ana.

Visitante invisible
Yo me lavaba el cabello a diario —mi novia de entonces me enseñó a cuidármelo: el pelo largo sin tratamiento es un desastre, mirá. Y no aguantaba tanto tiempo sin pasar los jeans por el Laverap porque caminaban solos. Años demasiado mozos, che.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Comandante
Por un momento pensé que iba a lanzar al Comando Pantalones Nevados contra la Brigada Reaccionaria Woolite. Apúnteme en su ejército: yo llevo Colibrí y tuco para los lanzagranadas.

Pablo U
¿Usted es amigo del Comandante, no? Pillos. Ambos.

› Un piquete VIP de Anónimo

Lo gracioso es que armen un ejército comiendo choripanes. FOnseca, maestro del absurdo.

(Creo que hay un Piq23 ya en los originales fundadores pero a mí me gusta Jordan, che)

› Un piquete VIP de Unknown

Si hay gente inventándose nombres para entrar eso es indicación de que ladran, Sancho
Lindo diseño, muy simple y fácil de leer. A diferencia de otros lectores a mí si me gusta la Verdana. Es una letra suave y legible.
La ilustración es muy buena. El sitio de vintage está genial, pero no me anduvo el link que pusiste.

› Un piquete VIP de Anónimo

Sorianesco, Gemelo. No sé si te pregunté/aron: ¿te gusta el Gordo Soriano?

› Un piquete VIP de Apelaez

Eh, chévere este blog. Voy a seguirlo de cerca.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

23
De hecho, hay 19 piqueteros. La lista acabó allí por el dorsal de Messi. Bienvenido.

Vicodin
Me alegro que te guste. Tendré que revisar esos links. Gracias por avisar.

Anónimo
Me gusta. Ayer hablaba de él con un colega, recordando "Llamada Internacional", sus contratapas en P/12.

Apelaez
Bienvenido, pasá cuando quieras y gracias. También me gustó mucho Machete. Volveré.

› Un piquete VIP de Anónimo

Me temo que esta revolución termina mal con tales líderes. Sólo falta un George W del otro lado y adiós mundo

› Un piquete VIP de Anónimo

Ah, que gente más sucia. En la UNAM también hay de esos barbudos que le escapan al regaderazo, ja ja ja

› Un piquete VIP de Unknown

De esos existen desde siempre --los barbudos-- y llegan lejos. Un grupo de ellos se reunía seguido en un café del Centro Histórico, en el DF. Ahora tienen una isla.

Muy original la idea de mezclar a Marx con Lenin y Trostky. Seguramente dará para más enredos en adelante.

Saludos.

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Marta GP
No sé qué decirte.

Susana VG
Ausencias de regaderazos hay en todas partes.

Emir
La isla está claro, pero ¿cómo se llamaba ese bar?
Seguro que harán más cosas. Saludos.

› Un piquete VIP de Unknown

¿El Habana de Bucareli?

› Un piquete VIP de Anónimo

Aguante Comandante Chilam(pi)! --te acordás de aquellos años?
Fonseca, qué cantidad de comentarios! Fabuloso!
Me voy, qué, ¿dos meses? y ya son 20 tipos acá y 40-50 allá.
Libro para el Comandante Chilam(pi) ya! Juicio y castigo a... todos los demás!

› Un piquete VIP de Diego Fonseca

Emir
El mismo.

Vicky
Creo que estoy empezando a saber quién es usted, che. Deje lo de "juicio y castigo" para cosas importanes. Saludos al pasado, espero que ande bien —el pasado. La última vez que lo vi seguía igual de adolescente.

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